jueves, 11 de junio de 2009

4ª Etapa: Laza - Cea

Fecha: 11 de Junio de 2009
Etapa: Laza - Cea

Km: 77.60 según la guia.
Hora de salida: 08:40
Hora de llegada: 17:50
Etapa realizada practicamente entera por carretera.

Como en la etapa anterior, merece la pena comenzar el relato de la etapa por la noche vivida en la habitación del albergue. Esta vez hubo 2 invitados de excepción, el doble de Mister Ronquidos y la chica del movil.......

Nada más acostarnos, comenzó la serenata de ronquidos del colega de debajo de la litera de Victor. Ante semejante sonido, Victor empezó a moverse, dar en la cama, hacer el típico sonido...... pero no había forma..... Delas se puso los cascos y su radio, y tan feliz, pero nosotros ahí seguimos aguantando...... hasta que sobre las 12 de la noche empezó a sonar a todo sonar el movil de una peregrina, lo que fué nuestra salvación, ya que Mister Ronquidos se despertó, y se desveló, así que creo que toda la habitación aprovechó para dormirrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

Nos levantamos sobre las 7 de la mañana, sacamos las alforjas y las cosas al pasillo y montamos el tenderete. Recogimos la ropa tendida y después de que todos los andaluces quitaran las bicicletas que tapaban las nuestras, salimos del albergue a las 7.55 (menuda niebla se podía divisar desde allí), directos al bar dónde cenamos la noche anterior, ya que nos había dicho que abría a las 8.00 y sabíamos que todos irían a desayunar allí.
Pues justo estaba la dueña limpiando cuando llegamos nosotros....... la mujer pidió ayuda a los hijos, pero no hubo forma, así que con paciencia, nos puso los cafés e intentó ponernos las tostadas, pero empezaron a llegar peregrinos y bicigrinos........... y allí estuvimos un buen rato. Fernando y su amigo pasaron a saludar y comenzaron la etapa sin desayunar, ya que pararían más adelante el la Alberguería.

Serían las 8.40 cuando dimos la primera pedalada.
El camino seguía la carretera OU-113 por la que el día anterior llegamos a Laza, y sin abandonarla (las flechas te desvían varías veces para pasar por el centro de varías pueblecitos) llegamos a las primeras rampas de la subida a la Alberguería. Habrían sido 4-5 km desde la salida.
Los primeros tramos los subimos a buen ritmo, pero el calor y el sol llamó a nuestra puerta, y tuvimos que pararnos a darnos cremita.......... cada uno la suya........ y mejor no recordar mucho la perdida sufrida en este momento por uno de los bicigrinos aquí retratados............
Reanudamos la marcha, con una larga y dura subida, que menos mal que la hicimos el día anterior, sino las pasamos p......... Desnivel bastante constante, que se hace más llevadero por las maravillosas vistas que vamos dejando atrás de la zona dónde habíamos dormido.
Coronamos la Alberguería y continuamos la ruta sin detenernos en el bar Rincón del Peregrino, que dicen que está todo decorado por vieiras firmadas por los caminantes....... Continuamos unos kilómetros de continuas subidas y bajadas hasta la Cruz de madera (10.00 aprox), cuando comenzamos otro frenético descenso. Esta vez, Delas colocó su camara de video en el casco y, bajando el último de los 3, fué grabando toda la bajada hasta llegar a Villar do Barrio, más o menos km 22 de la etapa.
Apartir de aquí cambia un poco el paisaje, dejando atrás las aldeas montañosas, nos adentramos en multitud de parroquías y pueblos mucho más habitados y juntos, con multitud de horreos y tierras dedicadas a tareas agrícolas.
Seguimos dirección Bóveda y Vilar de Gomareite, de dónde salimos por carretera para a medio kilómetro girar a la derecha y entrar en una pista larguísima que transita por un humedal natural. Son más de 3 km de recta, girando finalmente a la derecha para llegar a Bobadela. A partir de aquí se alternan tramos de pistas entre bosques con pistas asfaltadas que atraviesan pueblos. Algunos pudimos hacerlos por camino, pero otros no por la cantidad de barro acumulado por las lluvias de los últimos días. Padroso, Cima de Vela y Quintela son las poblaciones anteriores a Xunqueira de Ambia, a dónde llegamos tras otra larga bajada que nos da para pasar de los 50km/h.
En Xunqueira paramos a comprar el tradicional bocadillo en una tienda en la plaza del pueblo; esta vez de chorizo de Salamanca que con muy buen ojo elegió Victor. Ahí llegaron Fernando y su amigo, con los que charlamos un rato y nos despedimos hasta otra aventura, ya que ellos acababan el día de hoy en Ourense. Nosotros nos comimos el bocadillo a la sombra del Monasterio de Santa María la Real.

Salimos del pueblo en descenso hacía el río Arnoia, y después en ligera subida hasta A Pousa por la OU-102, por dónde practicamente llegaremos a Ourense. Desde aquí y en constante bajada hasta Ourense, serán innumerables las poblaciones por las que pasaremos hasta llegar al polígono de San Cibrao, en la entrada a Ourense. Una primera rotonda, la seguiremos de frente hasta cruzarnos con una carretera más importante, que tomaremos a la izquierda. Llegaremos a una rotonda, no muy bien señalizada con flechas, en la que giraremos a la derecha, dónde nace la OU-514. Llegaremos a Reboredo y subiremos un duro pero corto repecho hasta el Alto do Cumial.
Ahí cogeremos el arcen de la carretera, y aunque las flechas te desvían varias veces, nosotros seguiremos por él hasta desembocar en la Avenida de Zamora, lugar por dónde el camino entra en Ourense. En continua bajada (ya lo pagaríamos caro en la salida de Ourense), llegaremos a una rotonda que nos marca como llegar al albergue, o como seguir el camino. Nosotros decidimos seguir el camino y parar a tomar alguna bebida cerca de la Catedral.
Victor vío como se soltaba de su bici el sensor del cuentakilómetros, así que buscamos una tienda de bicis, pero la hora, sobre las 14.30, hizo que lo único abierto fuera una tienda de Todo a 1 Euro. Compró unas gomas y lo apañó para que siguiera funcionando. Luego buscamos la Catedral, la cuál se encuentra muy encerrada entre estrechas calles que dejan poder tener una visión completa.

Nos tomamos una Coca-Cola en la plaza mayor y continuamos la ruta bajo un sofocante calor que nos llevaba acompañando todo el día.
Como siempre en las grandes ciudades, lo peor es orientarse y ver las flechas. Después de preguntar varias veces, nos dirigimos desde el parque de San Lazaro hasta el puente romano que atraviesa el rio Miño. Continuamos por la Avenida As Caldas, en continuo ascenso (continuo, continuo, continuo.....) y después por la Avenida de Santiago, por dónde volvimos a ver al grupito de gaditanos que estaban dándose protector solar, y que nos saludaron. Poco más adelante, tras pasar una gasolinera, las flechas te desvian (quizá hubiera sido aconsejable seguir las flechas hacia Cudeiro y hasta Cea, por que según mapa, el recorrido es más corto que el que nosotros hicimos por el arcen de la N-525), pero nosotros decidimos seguir a los gaditanos y seguimos por el arcén. Es un tramo de varios kilómetros bastante peligroso, en continuo ascenso y en el que hay muchas entradas y salidas, el arcen se hace pequeño y hay que ir en fila de a uno. El sol y las ganas de llegar hace que a buen ritmo vayamos comiendo kilómetros a la etapa.
Sin ir muy seguros de si íbamos por el camino correcto, seguimos las señales dirección Santiago y Verín, hasta que divisamos um cartel de Tamallancos y después Bouzas, dos poblaciones que si teníamos en el mapa. A esas alturas yo ya iba sufriendo mucho cada vez que el camino se ponía cuesta arriba, y Delas y Victor me tenían que esperar al final de cada repecho.
Entramos en el Concello de San Cristovo de Cea, y poco después llegamos a un bar que haces esquina, dónde nos indican la forma de llegar al albergue. Una zona en obras dificulta el acceso, y la unión de varios ciclistas que iban de paso, nos hizo despirtarnos y pasarnos de largo el albergue.

Serían las 17.50 cuando llegamos al albergue, un aparentemente viejo edificio,con un horreo en su parte alta, que hace dificil su ubicación, sino es por una flecha pintada en el suelo.

Nos atendió Orlando, el hospitalero. Es un hombre muy serio con el que apenas cruzamos palabra. Pillamos litera, nos duchamos, lavamos la ropa y la tendimos junto al horreo, además de la ropa que aún llevábamos mojada del día anterior.

En el tablón vimos el nombre de un bar, dónde tomamos la primera cerveza bien fría, y la amable señora nos indicó una pulpería dónde poder cenar sobre las 8.30; nos pasamos por ella para reservar, pero al ser día de semana, nos dijeron que no hacía falta. Para pasar el tiempo, fuimos a un antiguo bar, como una sociedad, dónde nos tomamos 2 cuencos de buen vino, parecido al Barrantes que tomamos el año pasado en Melide y charlamos con los abueletes que estaban allí.

Una vez cenados, nos dirigimos al albergue sobre las 22.00 dónde nos encontramos junto al horreo a 3 sevillanos que degustaban un licor de café o algo así, al que nos invitaron y que nos quitó de un plumazo las ganas de tener ganas........., una charla con ellos, que habían empezado hoy el camino y pretendían llegar a Santiago con calma, nos dió algo más de las 23.00, hora perfecta para descansar y pensar en que el camino se nos acaba sin que apenas nos hayamos dado cuenta.

Un largo y duro día nos esperaba ..........

El albergue:
- edificio totalmente integrado en la estética del pueblo, con un horreo reformado en su parte alta
- situado en la calle Santo Cristo s/n
- plazas: dispone de 40 plazas en una gran habitación con literas en la planta alta. Estarba ocupado a medias cuando llegamos, pudimos elegir cama en mitad de la habitación. Dispone de cocina, 2 baños (chicos, chicas), con 2 duchas cada uno sin puertas. Por una de las puertas de la habitación, se sale a una gran terraza dónde se encuentra el horreo y las cuerdas para tender. En la planta baja, hay un fregadero para lavar la ropa.
- el precio: son 3 euros.
- las bicis: las pudimos dejar en un hueco debajo del horreo habilitado para las bicis, que dispone de llave, pero que no se cerró por la noche. No es grande, más o menos para unas 10 bicis.

La comida: el bocata en 2 partes que compramos en Xunqueira, junto a las barritas y las Marañuelas. La segunda parte no nos la comimos.

La cena en el pueblo: en la Pulpería que se encuentra en un calle que desemboca en la plaza del pueblo. En el tablon del albergue viene el nombre y dirección de un modesto bar, dónde tomar una cerveza; la dueña nos indico la pulpería dónde poder cenar. Dispone de menú, dónde uno de los segundos es una muy buena ración de pulpo, que los 3 elegimos junto con un arroz con marisco o una ensalada de primero; todo ello acompañado de un buen riveiro.

El pueblo: poco para visitar.

Provisiones: no hay problemas durante la etapa; se pasa por muchos pueblos con bares, tiendas....

Tiempo: un día muy muy caluroso desde que salimos hasta que llegamos.

Incidencias:

Importante de la ruta:

Bicigrinos:
-



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